Aprendizaje multimedia: ¡evita que tus alumnos se saturen de información!
Numerosas veces me he preguntado, como profesora, cómo puedo diseñar material instruccional (como mis presentaciones de Power Point, por ejemplo) que realmente contribuya al aprendizaje significativo en mis estudiantes. Afortunadamente, hay aportaciones de la ciencia cognitiva, campo interdisciplinar encargado de estudiar cómo funciona la mente, que se pueden aplicar al ámbito educativo y específicamente al diseño de nuestro material instruccional.
En el texto “Nine Ways to Reduce Cognitive Load in Multimedia Learning” (Mayer, 2003), el investigador Richard Mayer explica algunos hallazgos de la teoría cognitiva del aprendizaje multimedia y su importancia para evitar la saturación cognitiva en los estudiantes. Aunque la mayoría de profesores estamos de acuerdo en que hay que evitar que nuestros estudiantes se saturen durante la clase, pocos sabemos qué es la saturación cognitiva, por qué llega a suceder y cómo lo podemos evitar. En este texto explicaremos algunos hallazgos de la teoría cognitiva del aprendizaje multimedia que nos pueden servir para elaborar presentaciones multimedia que realmente sumen al proceso de enseñanza- aprendizaje.
¿Qué es la saturación cognitiva?
La saturación cognitiva, también llamada sobrecarga cognitiva, sucede cuando la capacidad del procesamiento del sistema cognitivo (los procesos tales como la memoria, la atención, el lenguaje, percepción, la solución de problemas y la planificación) de nuestros estudiantes se excede. Así es, ¡el sistema cognitivo tiene límites! Y si queremos que nuestros estudiantes aprendan de manera significativa es importante que los reconozcamos y que reflexionemos en torno a qué podemos hacer como docentes para evitarlo.
¿Por qué sucede la saturación cognitiva?
Una razón por la cual los estudiantes se pueden saturar cognitivamente es por la manera en la que componemos el contenido de la clase en nuestro material instruccional; por ejemplo, en una presentación sucede cuando hay demasiado texto, o cuando las imágenes y el texto no se complementan. ¡El aprendizaje multimedia es una solución a este problema!
El aprendizaje multimedia se da justamente cuando los estudiantes construyen una representación mental de las palabras e imágenes que les presentamos. En este sentido el material instruccional multimedia es aquel en el que, de manera intencional, los docentes usamos lenguaje verbal (palabras escritas u orales) y visual (imágenes estáticas o dinámicas) para promover aprendizaje.
Hay cinco procesos cognitivos que llevan a cabo los alumnos para dar sentido a lo que se presenta:
Seleccionar palabras
Seleccionar imágenes
Organizar palabras
Organizar imágenes
Integrar lo organizado con el conocimiento previo
Es importante mencionar que los primeros 4 procesos cognitivos se dan en dos canales distintos: el verbal y el visual, y que ambos pueden saturarse provocando que el estudiante no logre formar la representación mental que se necesita para integrar el conocimiento nuevo con el previo. Por lo tanto, una forma de reducción cognitiva implica la redistribución de la información en los canales correspondientes para que se lleven a cabo los procesos cognitivos en su totalidad.
¿Cómo podemos evitar la saturación cognitiva?
Para lograr el aprendizaje a partir de presentaciones multimedia necesitamos evitar los siguientes 5 problemas que se retoman de “Five Strategies for Optimizing Instructional Materials: Instructor- and Learner-Managed Cognitive Load” (Castro-Alonso, de Koning, Fiorella et al., 2021).
Material que solo contiene texto
Muchas veces usamos nuestras presentaciones de clase como notas de lo que vamos a decir durante la sesión. Sin embargo, es importante recordar que las presentaciones son para fomentar aprendizajes. Por ello, es recomendable evitar presentar material que contenga exclusivamente texto. De acuerdo con Castro-Alonso, de Koning, Fiorella, et al: “…la comprensión del texto a menudo requiere traducir el texto a un
imagen mental coherente” (2021). Por eso, hay que reducir el texto e incorporar imágenes para equilibrar la dosis de lo verbal y lo visual.
2. Material que contiene texto e imágenes de manera desvinculada
Lo que presentamos de manera escrita debe de estar claramente vinculado con las imágenes que seleccionamos, y el vínculo debe de ser claro y explícito. De lo contrario: “Los alumnos deben dividir su atención entre las representaciones textuales y gráficas, y deben integrar mentalmente estas dos fuentes de información para construir una representación mental adecuada y coherente” (Castro-Alonso, de Koning, Fiorella, et al., 2021). Una forma de evitar la división de atención es presentando texto e imagen en una misma diapositiva y en una composición que haga posible entender su vínculo.
3. Información redundante
No es necesario poner por escrito lo que se va a decir de manera oral o decir oralmente lo que se va a poner por escrito. De igual modo, no es necesario traducir en lenguaje visual lo que se va a decir de manera verbal y viceversa. ¡Menos es más! Hay que poner información verbal y visual integrada, y que se complemente. De acuerdo con el artículo mencionado: “....la redundancia ocurre cuando una fuente de información, ya sea el texto o las visualizaciones, se puede entender de forma independiente; los materiales didácticos no son redundantes cuando la comprensión depende de la integración de ambas fuentes” (Castro-Alonso, de Koning, Fiorella et al., 2021).
4. Falta de énfasis en información relevante
Es importante dar pautas al estudiante para saber cuál es la información esencial. Para ello, podemos hacer uso de la señalización: “El principio de señalización recomienda incorporar pistas para señalar los elementos de aprendizaje más importantes. Esta estrategia permite a los alumnos concentrarse solo en los elementos clave para aprender en lugar de desviar los recursos de la memoria de trabajo para procesar información no relevante” (Castro-Alonso, de Koning, Fiorella et al., 2021). Afortunadamente, desde el diseño, existen diversas maneras de señalizar (negritas, subrayados, tamaños de letra, tipografía, colores…) que podemos usar para enfatizar información relevante.
5. Demasiada información visual transitoria
Este problema ocurre cuando usamos imágenes dinámicas; es decir, videos o presentaciones animadas en las que hay mucha información visual transitoria que pasa a un ritmo que no permite que se lleven a cabo los procesos cognitivos correspondientes. De acuerdo con Castro-Alonso, J.C., de Koning, B.B., Fiorella, L. et al: “La segmentación es responsabilidad de un instructor o experto que elige dónde agregar
pausas para fomentar una presentación significativa de los contenidos” (2021). Es decir, como docentes debemos dividir la información de una manera que asegure la comprensión de la información.
En conclusión, para diseñar material instruccional multimedia (por ejemplo, nuestras presentaciones de clase), de manera intencional, hay que tomar en cuenta los objetivos claves que se buscan desarrollar y, además, procurar reducir la carga cognitiva, siguiendo las recomendaciones mencionadas. Teniendo claro qué es lo que queremos lograr en el estudiante, al igual que cuáles son los obstáculos que puede generar nuestro material instruccional en el proceso de enseñanza- aprendizaje, podemos lograr diseñar clases y cursos con un impacto medible y una participación activa.